Hace un par de décadas, ante el deseo de crear un aula de informática en mi facultad, un vicerrector poco entusiasta con el proyecto dijo en tono sarcástico: “¿Y se puede saber para qué necesitan los de letras una sala con ordenadores?”
Los tiempos han cambiado y hoy todos los usamos de un modo u otro en nuestro trabajo diario. La pregunta es: ¿aprovechamos todos los recursos que hay disponibles? ¿Podría ser nuestra vida profesional más sencilla si usáramos más y mejor las nuevas tecnologías?. Creer que sí nos mueve a crear hoy este espacio. Si estáis de acuerdo, por favor, acompañadnos.
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Ricardo Jiménez
xirivella
Informática para las lenguas 
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